Perdón por poner dos entradas, pero cuando era pequeña hasta el queso se endemoniaba a mi alrededor.
Era época de Navidad y mi mamá compró un juguete que cantaba. Mi hermana y yo oíamos algo como "mis papás se odian y mi mamá se va a suicidar", pero mi mamá oía la canción de "feliz Navidad a todos". Pensamos que éramos nosotras y allí lo dejamos. Cada vez que cantaba oíamos cosas diferentes, siempre violentas y perturbadoras. No obstante, lo descartamos como imaginación infantil porque nuestros papás no escuchaban nada raro.
Esa noche nos fuimos a dormir con mi hermana. A la mañana siguiente, el peluche ya no estaba. Le preguntamos a mi mamá y nos contó que había cobrado vida durante la noche. Mis papás dormían con la puerta con llave. A pesar de esto, a media noche empezaron a sentir cómo un ser pequeño se movía por su cama. Medio dormidos, no pensaron mucho al respecto hasta que mi papá lo sintió en su cara. Intentó quitárselo y no pudo. Despertó a mi mamá quien vio cómo este peluche se aferraba a la cabeza de mi papá. Se lo quitó de encima y los dos lo fueron a tirar al basurero más lejano que encontraron.